El sueño del ser humano es alcanzar la felicidad. Pareciera que siempre la estamos buscando, estirando desesperadamente la mano mientras postergamos algunas cosas para cuando “sea el momento oportuno", pero pensándolo bien, ¿existe tal cosa? Puede que estemos perdiéndonos de aprovechar los mejores momentos de nuestra vida.
Querido lector, mayo ha llegado para nosotros; hemos sobrevivido tanto este último año, descubierto el lado más humano de nuestra especie y constatado una vez más que la unión hace la fuerza.
En esta ocasión, un poco influenciada por la lectura tanto de mitología griega como de algunas obras de Oscar Wilde, traigo para ti un poco de filosofía. Antes de cambiar la página, no te dejes atemorizar por esta palabra; pues como alquimistas nos aventuraremos al viaje en búsqueda del elixir de la vida, ¿Tienes lo necesario para convertir el cobre en oro?
Indudablemente, todos queremos ser felices y es por demás que es nuestro derecho; pero en ocasiones somos nosotros mismos quienes obstaculizamos este objetivo. Esto por diversas razones.
Químicamente la felicidad es una combinación de neurotransmisores (sustancias) secretados por el cerebro, que en balance nos producen esa sensación de bienestar.
Lo cierto es que los científicos siempre están estudiando la materia, pero la felicidad es una emoción tan compleja que describirla con palabras mundanas se quedaría muy corto. Solemos pensar que surge a raíz de experiencias positivas, pero muchas veces surge del dolor.
No es raro aspirar a mejorar nuestra situación actual y esto es bastante bueno, buscar superarse nos da un propósito. Pero en el momento en el que nuestra felicidad está directamente relacionada a completar y alcanzar estos objetivos, puede suceder que los elevemos al grado de volverlos tan poco realistas que nos frustremos o estemos enajenados al punto de cegarnos de lo que verdaderamente vale la pena.
La mayoría de los mensajes con tóxico positivismo te dirá que siempre sonrías y que la felicidad es algo tan necesario para ti que es imperativo que la busques, como resultado estarás constantemente estresado por vivir feliz, porque para tener una vida significativa debo sentirme alegre y completo todo el tiempo. Esto es lo que nos bombardean por todos lados.
Patrañas. Resultados de la investigación de Mauss, Psicóloga y profesora de la Universidad de Berkeley, en California, probaron que entre más persigamos esta piedra filosofal, más lejos estamos de encontrarla. “Pueden pensar que deberían ser felices todo el tiempo, o extremadamente felices, y eso puede hacer que las personas se sientan decepcionadas con ellas mismas. Los efectos pueden ser contraproducentes".
Una de mis frases favoritas de Oscar Wilde y que escribo en cada manga de café que llega a mis manos es: “Vivir es la cosa más rara del mundo. La mayoría existe, solo eso”. Cuando nos enviciamos con esta búsqueda de la “panacea universal” que mágicamente eliminará nuestros problemas y por fin tendremos la vida que siempre hemos soñado, olvidamos disfrutar las pequeñas cosas y los momentos que son importantes.
Querido lector, quizás la piedra filosofal ya está en nuestro bolsillo y no nos hemos dado cuenta. Cuando dejemos de perseguir esa “perfección”, nos daremos cuenta que en realidad no nos falta nada importante. Cerraré con la siguiente reflexión: Peter Pan decía: “Vivir, esa sería mi mejor aventura”, es momento de disfrutar el regalo del “ahora”, por eso se llama presente.
Es un placer compartir contigo este espacio, me despido no sin antes invitarte a visitar nuestras redes sociales y descubrir mucho contenido pensado para ti. Hasta la próxima aventura.
¡Que tu vida esté siempre llena de magia!
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