Me llamo Areli y estoy buscando empleo. Me licencié de Profesora y cumplo con el requisito de ser humano. Soy consciente que estos datos no le van a aportar mucha información, ya qué hay casi 7600 millones de humanos en el planeta. Además, somos más de 660 000 Arelis y más de 23 000 profesoras en este país. Así que les cuento:
Tengo una variada experiencia laboral, conozco miradas tristes por la mañana y estómagos rugiendo de hambre, he tenido alumnos motivados y otros no tanto, enojados con la vida, entonces; dejo de ser la paciente y me convierto en la psicóloga, he sido refugio de la ausencia que se vive en casa, soy oídos a problemas más grandes que los míos. He estado sin salir del aula en cosas fuertes, más que el temblor del 2017, con jóvenes apenas de 12 a 15 años.
Me hice experta en arreglar corbatas los lunes tempranito a toda prisa, antes de honores y peinarles el cabello alborotado. Llevo sueños y anhelos de alumnos como si fueran míos, pero también cargo con sus incertidumbres y me parte el corazón cuando noto sus primeras decepciones de amor, soy seguridad, aunque a veces no la mía.
Suelo ser mamá de más de 20, amiga y compañera. Otras veces me olvido de matemáticas y empiezo a escuchar las cosas reales, lo urgente, no es que las asignaturas no sean importantes, pero más son ellos. He salvado al mundo sin salir del aula y roto normas que considero nos esclavizan y los hago libres, he conocido al futuro presidente, diputado, doctor, ingeniero, enfermera, maestro, psiquiatra, bombero, en una sola jornada escolar.
También he sido dichosa de que me compartan su torta de tamal, “la guajolota” y las golosinas que suelen consumir en receso, he probado que su café no esté tan caliente, y he tenido la sorpresa de ver una paleta en mi escritorio con mi nombre como destinatario, “cubrirlos” de alguna travesura, de vez en cuando solaparlos y en muchas otras ocasiones soy autora de regaños.
A veces me salgo del rol de profe y le “entro” a las “cascaritas” y retas entre el mismo grupo, dejo de ocupar el asiento del docente y me siento en alguna butaca hasta atrás, doy permiso para que alguno de ellos dirija la clase, realizando su sueño de: Yo quiero ser el Maestro un día, convirtiéndome en estudiante.
De pronto; y sin hacer ningún examen de promoción, “salto” a ser supervisora de agujetas bien amarradas, de zapatos boleados, de que la camisa esté fajada, de traer el cinturón bien puesto, y cerciorarme de aquellos que les empieza a salir bigote se lo hayan rasurado, de que las patillas se vean bien formadas y el cabello no les llegue a cubrir las orejas en el caso de los hombres, de que las calcetas sean blancas y lleguen casi a la rodillas, de que las faldas no sean tan cortas sino lo establecido, que los zapatos no sean de tacón y que aunque se vean más lindas, las señoritas no vengan maquilladas.
Ser supervisora me gusta, pero no menosprecio ser intendente porque me ha tocado serlo, limpiar el salón y trapearlo, dejar el pizarrón sin manchas, los libros de textos ordenados, las butacas formaditas en fila, los vidrios de las ventanas transparentes, el material didáctico ordenado, eso sí con la ayuda de muchos de mis aliados: Mis alumnos.
Bueno; no los quiero aburrir con mi experiencia laboral, porque hasta para un currículum se necesitan conocimientos de marketing, y extenderse nunca es una buena estrategia en los tiempos que corren.
Tengo carnet de conducir, pero no tengo coche propio, eso sí, una bici que corre más rápido que un jet, creí una vez que iba a morir cuando salí a toda velocidad en plena bajada en un barrio pobre de mi pueblo, pero no hubo ni rastro de la película que tenía que pasar por delante de mis ojos. Obviamente porque aún se está rodando.
Con el Word me llevo bien, excepto cuando la página está en blanco y con Excel ya encontraré la fórmula. En cuanto a los idiomas hablo español y mexicano nivel alto. Inglés medio, es decir bajito. También hablo el lenguaje de las manos, pero aquí el nivel depende de quién le pregunte. Nada más.
Gracias por su atención Personal de Recursos Humanos. Espero mis experiencias les sirvan para tomar una decisión.
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