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Areli Sandoval

¿HASTA CUÁNDO MEXICANOS?

Actualizado: 7 feb 2022


Ilustración: Planeta

Es que este país está cada vez más jodido y lo único que aumenta es la inseguridad, la delincuencia, el peligro y la corrupción. Es tan común escuchar decir: ¡No me dejan vivir! Y de esto he sido testigo principalmente en la capital de nuestro qué herido México.


Reconozco que me fue difícil hablar en esta ocasión de lo que nosotros como Mexicanos hacemos días tras día y en esto me incluyo porque también soy parte de esta Nación, es momento de reflexionar y modificar nuestros hábitos que sólo nos están llevando a la mediocridad y conformismo, si queremos dejarle un mejor México al mundo.


En un asalto pueden matarte, cargues dinero o no. Nos cuidamos de los delincuentes y también de la policía, caminamos unos pasos y miramos hacia atrás para asegurarnos que no nos sigan. Es un riesgo usar transporte público o Uber. Decimos que ayudaremos, pero no somos empáticos. Nos enteramos de que existes cuando vemos en un anuncio que desapareciste. Opinamos que colaboraremos, pero nunca nos preocupamos si ya comiste.


Creemos que la educación es el arma para erradicar la violencia, pero a gritos queremos que aprendas. Cantamos canciones que denigran a la mujer, pero exigimos respeto. Criticamos manifestaciones que según nosotros no logran nada, pero permanecemos estáticos. Compramos piratería, nos “ponemos la del Puebla” cuando hace falta, pero llamamos corruptos a los políticos. Queremos ser escuchados pero las autoridades priorizan el diálogo solo en sus discursos públicos.


Admiramos a Narcos, pero queremos que la violencia termine. Nos enfrentamos a una crisis económica, pero seguimos gastando en bebida y vanidades. Nos gusta que nos paguen bien, pero no trabajamos. Queremos que nos toque un pedacito de “pastel” o refunfuñamos si se lo come otro. Criticamos a los ricos, pero soñamos con ser uno. Idolatramos a artistas y modelos por su buen físico, pero no nos ejercitamos.


Sabemos que somos un país obeso, pero no dejamos de comer chatarra. Consideramos que la escuela debe arreglar, lo que está descompuesto en casa. Recriminamos al profe por la mala nota, pero no entramos a clases. Culpamos a nuestros amigos porque nos va mal, pero no cambiamos amistades. No nos gusta que nos señalen, pero etiquetamos. Somos cobradores, pero deudores de empresas. Idealizamos pagar nuestras deudas con el boleto ganador de lotería.


Deseamos que nos vaya bien pero no madrugamos. Recibimos el lunes anhelando que llegue el viernes. Revisamos el calendario de trabajo resaltando los días festivos. Ansiamos que la selección Mexicana sea ganadora pero nos la pasamos criticándola. Si perdemos el partido “seguro fue porque el árbitro estaba vendido”.


Compramos boletos donde nos prometen millones por un solo centavito. Imitamos tener dinero, aunque todo lo saquemos a “pagos chiquitos”. Sobornamos para tener un título profesional antes que ponernos a estudiar. Salimos a buscar trabajo con ganas de no encontrarlo. No vamos con personas prestamistas, pero confiamos en los bancos. Suponemos que faltan niños y antes de los veinte somos papás. Nos quejamos de los robos, pero bien “chingones” que nos sentimos cuando nos devuelven mas de cambio.


Hoy no, pero mañana lo hago. El PRI nos está “chingando”, pero le seguimos votando. Los jóvenes buscamos empleo, pero nos exigen más experiencia que nuestra edad. Sin “palancas no puedes entrar”, pero al burócrata lo protege un sindicato. La primera vez “no pasa nada” pero si pasa, “me cae que nos casamos”.


Entiendo que en muchas ocasiones la realidad puede ser cruda y agobiante y deseamos salir de ella, huir a toda costa, buscando esa tranquilidad que hemos perdido o que tal vez nunca tuvimos, sin embargo, en México estamos cayendo en el “exceso de pausas” queriendo encontrar la recompensa antes que el esfuerzo, el premio antes que el trabajo, gozar de mis derechos, sin hacerme cargo de mis obligaciones. No sé a ti, pero a mí me preocupan estas situaciones, ¿Qué está pasando con nuestro país?


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1 Comment


L. Cecilia Peraza A.
L. Cecilia Peraza A.
Feb 06, 2022

Buenísimo tu artículo y muy cierto. Somos los primeros en tender la mano para exigir y casi nunca para actuar.


Felicidades!!


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