GAS PIMIENTA: DÍA DE LA MUJER
- Areli Sandoval
- 5 mar 2022
- 3 Min. de lectura

El Día Internacional de la Mujer, anteriormente denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conmemora cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre. Pero, ¿es realmente un motivo de festejo?
Si bien se sabe, el género femenino se ha incluido en varios ámbitos sociales, tratando de eliminar barreras y estereotipos que las limitaban a realizar actividades como lo suelen hacer los hombres, esto sin duda les ha costado años de lucha generando pérdidas humanas, porque para obtener los mismos derechos tuvieron que unirse y armarse de valor, no esperar que algún varón tomara la iniciativa, sino luchar ellas por ellas mismas.
Culturalmente nos enseñan que hay carreras profesionales para hombres y mujeres, y las mismas empresas crean perfiles para buscar un trabajador con rasgos ya pensados en el género, aventajado el masculino, asimismo las canciones desde la infancia nos van poniendo un “chip de comportamiento”, como por ejemplo: “Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita de la capital, que sepa coser, que sepa bordar…” ¿todo eso debe saber una mujer para poderse casar? Y ahora decimos cada vez que cocinamos, ya te puedes casar. Y ¿el hombre? “…Y su esposo es un pato sinvergüenza y perezoso, que no da nada para comer…” añadiendo que ellos pueden o no hacerse cargo de los hijos, tomar, salir de fiesta y es aceptable. “... Y la patita ¿pues qué va a hacer?...” obligando siempre a la mujer a responsabilizarse de los hijos y si no lo hace, tacharla como una mala madre y una mala mujer.
Además nos dijeron que el azul es para los niños y el rosa para las niñas, dividiéndonos desde que nacemos, adiestrándolas a ellas a jugar con juguetes de cocina y a ellos con carros o pistolas, es por eso que aunque actualmente las mujeres se han integrado al campo laboral no renuncian a las responsabilidades que tenían previamente, al margen del estrato.
Dejaron de ser el “sexo débil”, y han demostrado que tienen las mismas capacidades e inclusive más que los propios hombres. Pese a esto, ellos siguen teniendo ventaja en fuerza física por ejemplo, lo que provoca que en los matrimonios especialmente en zonas rurales, siga mandando el varón, confirmando su autoridad sobre su esposa, abusando y maltratándola por el simple hecho de ser “el hombre de la casa”, por el contrario en las ciudades, en el transporte público aprovechan su fuerza y estatura (la mayoría son más altos que las mujeres), para tocarlas, acercarse de más, no retirarse pronto, empujarlas, intimidarlas al observarlas de manera vulgar o acosarlas con algún “piropo corriente”, en el peor de los casos son violadores y asaltantes.
En la capital de nuestro bello país, a pesar de ser un lugar urbano y modernizado, se siguen sufriendo esas restricciones hacia el género femenino, limitando a las chicas en su forma de vestir, en no brindarles la seguridad para estar fuera de casa a cualquier hora del día, mucho menos volver tarde, ante esto las autoridades han brindado espacios de acceso solamente a mujeres y niños, desde luego muchos hombres no están del todo de acuerdo que ellas si tengan estas áreas y ellos no, argumentando que no existe una igualdad, al contrario se están beneficiando.
Día tras día sabemos de personas desaparecidas, muertes, secuestros, feminicidios sin un seguimiento adecuado ni solución por parte de las autoridades correspondientes, por consecuencia se han realizado movilizaciones feministas, con el objeto de ser escuchadas, lo que mucho se ha criticado por los destrozos que ocasionan a monumentos y zonas de la capital, pero ninguna revolución se hizo regalando flores o pidiendo permiso.
Actualmente la mayoría de ellas portan en su bolso algo con que protegerse, el gas pimienta es muy común, como arma de defensa personal, se han acostumbrado a vivir así si es que eso es vivir. Todavía queda mucho por hacer, un cúmulo de historia por construir para alcanzar una verdadera equidad, pero han dado el primer paso y el más difícil, que este día nos recuerde que la lucha continua.

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