Por: Eymi Itzel Serrano Guzman

El arte del drift se consolidó como una cultura automovilística en Japón durante los años 90, marcando una era dorada para los entusiastas de la conducción extrema y el control sobre vehículos. Esta técnica, que consiste en deslizar el auto lateralmente mientras se mantiene el control en las curvas, fue popularizada en las montañas de Japón y se convirtió en un fenómeno mundial gracias a pilotos icónicos, autos legendarios y un creciente interés en competiciones y videojuegos como Gran Turismo y Initial D.
Orígenes del Drift en Japón
El drift nació en las sinuosas carreteras de montaña conocidas como touge, donde los pilotos, especialmente jóvenes aficionados, desafiaban sus habilidades al volante en una competencia no oficial de velocidad y control. KeiichiTsuchiya, conocido como el "Drift King", fue un pionero en perfeccionar esta técnica, lo que ayudó a llevar el drift a la escena del automovilismo japonés profesional. Sus demostraciones y participación en carreras inspiraron a una nueva generación de conductores, haciendo que esta práctica pasara de ser algo clandestino a un fenómeno cultural.
Coches Populares Utilizados en el Drift en los 90
Para practicar drift, los conductores buscaban coches con tracción trasera (RWD), un peso relativamente ligero y un equilibrio adecuado que les permitiera controlar los derrapes. A continuación, algunos de los autos más icónicos de la escena del drift en los años 90:
Nissan Silvia (S13, S14, S15)
El Nissan Silvia, particularmente los modelos S13, S14 y S15, fue uno de los autos más utilizados en el mundo del driftdurante los 90. Equipado con tracción trasera y un chasis equilibrado, el Silvia era altamente modificable y accesible para los pilotos de drift. Estos modelos eran conocidos por su motor SR20DET, un motor turboalimentado de 2.0 litros de cuatro cilindros que generaba un gran rendimiento y fiabilidad, ideal para las exigencias del drift.
Toyota AE86
Aunque su producción cesó en los 80, el Toyota AE86 (Hachiroku) continuó siendo un favorito en los 90 gracias a su peso ligero, manejo preciso y tracción trasera. Este coche se volvió aún más popular tras aparecer en el anime Initial D, donde su protagonista lo usaba para correr por las montañas de Japón. El AE86, con su motor atmosférico 4A-GE de 1.6 litros, se convirtió en un símbolo del touge y del drift japonés.
Nissan Skyline (R32 y R33)
Si bien muchos modelos del Nissan Skyline estaban equipados con tracción total (AWD), los R32 y R33 también ofrecían versiones con tracción trasera. Estos modelos contaban con el legendario motor RB26DETT en sus versiones más potentes, pero los modelos con motores más accesibles, como el RB20DET (2.0 litros turbo), eran más comunes en la escena del drift. El Skyline ofrecía un excelente equilibrio entre potencia y manejo, lo que lo hacía ideal para los circuitos y el drift urbano.
Mazda RX-7 (FC3S, FD3S)
El Mazda RX-7, con su motor rotativo Wankel de la serie 13B, era uno de los coches más distintivos en la escena del drift japonés. Su ligereza, tracción trasera y capacidad para generar altas revoluciones lo hacían perfecto para las técnicas de derrape. Los modelos FC3S y FD3S eran altamente respetados por su capacidad de modificación y por su habilidad para ofrecer un control excepcional en las curvas cerradas, algo clave para el drift.
Toyota Supra (A70, A80)
El Toyota Supra, especialmente el modelo A80 lanzado en 1993, es uno de los coches más icónicos de la era. Con el poderoso motor 2JZ-GTE de seis cilindros en línea con doble turbo, el Supra ofrecía una enorme potencia que lo hacía sobresalir en cualquier aspecto del automovilismo. Aunque era más pesado que otros coches en esta lista, su capacidad de modificación y su tracción trasera lo hacían un candidato popular para el drift, sobre todo entre los pilotos más experimentados.
Motores Más Utilizados en el Drift de los 90
El motor desempeña un papel crucial en la efectividad de un coche para el drift, ya que la potencia y el par motor deben ser suficientes para mantener el derrape mientras se conserva el control. A continuación, algunos de los motores más utilizados durante los 90:
SR20DET (Nissan)
Este motor turboalimentado de 2.0 litros y cuatro cilindros fue una elección popular para los modelos Nissan Silvia y otros autos de la marca. Con su capacidad para generar fácilmente más potencia mediante modificaciones, el SR20DET se convirtió en uno de los motores más confiables y versátiles en la escena del drift.
RB26DETT (Nissan)
El legendario motor de seis cilindros y doble turbo que impulsaba los modelos Skyline GT-R también tuvo presencia en la escena del drift, aunque sus versiones más pequeñas como el RB25DET o el RB20DET eran más comunes en los autos de tracción trasera. El RB26DETT era conocido por su durabilidad y capacidad para manejar una enorme cantidad de potencia, lo que lo hacía ideal tanto para el drift como para las carreras de alta velocidad.
2JZ-GTE (Toyota)
El motor 2JZ-GTE del Toyota Supra A80 es famoso por su capacidad para generar una cantidad masiva de potencia, incluso en su forma de fábrica. Este motor de seis cilindros en línea y doble turbo fue uno de los más codiciados para el drift y otras formas de automovilismo debido a su robustez y facilidad de modificación.
13B-REW (Mazda)
El motor rotativo Wankel 13B-REW, que impulsaba el Mazda RX-7, ofrecía una experiencia única en el drift debido a su ligereza y capacidad para generar altas revoluciones. Aunque este motor era más complejo y menos común que los motores de pistones tradicionales, su rendimiento en los autos de drift lo convirtió en una opción respetada.
4A-GE (Toyota)
El pequeño motor de 1.6 litros que impulsaba el Toyota AE86 fue otro de los favoritos, especialmente entre los puristas del touge. Aunque no tenía la potencia de los motores más grandes, su ligereza y capacidad para girar a altas revoluciones lo hacían perfecto para las estrechas carreteras de montaña.
Impacto Cultural y Futuro del Drift
Durante los años 90, el drift no solo se consolidó como un deporte automovilístico en Japón, sino que también influyó en la cultura pop, apareciendo en películas, series y videojuegos que lo llevaron a una audiencia global. El drift se convirtió en una disciplina respetada en el automovilismo, y muchos de los coches y motores que dominaron esa escena en los 90 siguen siendo icónicos en el mundo actual.
El legado de esta década sigue vivo, ya que los coches y técnicas de drift desarrollados en esos años continúan influyendo en competiciones actuales y en la cultura del automovilismo global.
En Diario 21

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