EL JUEGO DEL CALAMAR
- Areli Sandoval
- 9 oct 2021
- 3 Min. de lectura

La nueva serie surcoreana de Netflix ha causado gran impacto en redes sociales debido al trama de violencia que muestra en sus nueve episodios, siendo la población juvenil la más interesada, se basa en participar en juegos y obtener un premio económico bastante bueno, para arreglar la vida de cualquiera, con la condición de arriesgarlo todo, ¡sí todo! pero más allá de esto, me enfocaré en la vida social de los jugadores y de los dueños del juego.
Esta creada, escrita y dirigida por Hwang Dong-hyuk, es sencilla pero atractiva para muchos ¿por qué? Al principio es divertida y eso hace que nos vayamos enganchando, aunque al pasar los capítulos vemos una realidad cruda, generando una crítica social al darnos cuenta que existen ricos y pobres y que los segundos como siempre son los más afectados; provocando suspenso entre lo que pasará si deciden seguir o dejar el juego.
Parece ficción, pero hay millones de personas en México que viven endeudadas, con un sueldo mínimo, viviendo al día, pidiendo créditos a bancos, generando intereses de adeudos sobre intereses en empresas como Elektra o Coppel, obteniendo cosas materiales en “pagos chiquitos” para tenerlos como esclavos en un sistema que los hace ser más pobres, pero les permite creer momentáneamente que no lo son, entonces, ¿algunos de ellos estarían dispuestos a entrar a uno de estos juegos a cambio de dinero aunque perdieran la vida?

Lo curioso es que en la serie dan una tarjeta para invitar a las personas a unirse a los juegos, proporcionando un número, el cual es real y el propietario de esa línea telefónica es una persona común que ha recibido bastantes llamadas de usuarios desesperados que le piden los acepte en uno de los juegos, pero él explica que ese número es de un negocio familiar que maneja hace ya varios años y no lo que ellos buscan, ante esto la producción de la serie ha tomado cartas en el asunto comunicándose con él para poder resolver esta situación.
Todos los participantes de la serie vivían en situaciones extremas (falta de dinero, no poder brindarles una mejor calidad de vida a sus hijos, estar en quiebra, ser emigrantes, sin estudios académicos, sin dinero para pagar los medicamentos de sus familiares enfermos, alta presión al trabajo, falta de acceso de servicios básicos, etc.) no lejanas a la realidad de muchos ciudadanos de este país como lo acabo de describir, así que a pesar de poder salir la primera vez del juego, ellos decidieron volver a entrar, haciéndolos creer que por decisión estaban ahí, pero ¿realmente era así?

Hablo de un sistema que tenía controlados a los 456 jugadores, conociendo dónde vivían, si tenían hermanos o hijos, con quién estaban casados o divorciados, a qué se dedicaban, qué necesidades tenían, cuánto debían, todo. Ahora le pregunto ¿Si usted declara menos de lo que percibe al SAT qué pasa? ¿Apoco el sistema no sabe cuánto gana y en qué lo gasta? ¿De alguna manera nos tienen controlados?
El juego del calamar refleja las desigualdades sociales que no permiten que haya un sistema justo es por eso que aceptan hacer cualquier cosa por conseguir cambiar su vida, aunque puedan perderla en el intento.
Este fenómeno popular refleja la sociedad capitalista moderna, algo que representa una competición extrema, explicado en términos simples la sociedad de clase alta gasta varias veces en cosas vanas por distracción, muchas de ellas innecesarias a precios sumamente elevados, por ejemplo: el celular de última generación, las marcas de ropa, bolsos, artículos de belleza o zapatos simplemente porque los famosos visten así, el café con distintivo reconocido, las mejores gafas, los innovadores relojes para contestar llamadas, entre otras más porque ya no saben en qué usar su dinero. Muy similar a lo que ocurrió en la serie ¿no crees?
Son dos panoramas contrastados que no se limitan a ser ficción, nos dicen que, si nos esforzamos y nos educamos saldremos de pobres y por eso nos mandan a la escuela pero no nos garantizan que al egresar tendremos un buen empleo y por el contrario sabemos que hay personas ricas que se dedican al futbol.
Te tomará mucho tiempo para tener los privilegios de ellos o tal vez ni te alcance la vida, mientras tú luchas a diario por sobresalir, alguien más acaba de nacer en una familia distinguida económicamente, ¿Es justo para ti y para mí? ¿Por qué nos permite el sistema ver esta serie? ¿Seremos caballos como ellos dicen o sólo somos peones en su ajedrez?
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