Al día de hoy, donde vivimos con cierto grado de facilidades, es más fácil tomar asiento y sólo dedicarnos a ser consumistas.
¿Saben?, sucede que gran parte de nuestra vida seremos personas pasivas, sin siquiera darnos cuenta. En diversos ámbitos, nos limitaremos a consumir y no participar activamente en nuestra sociedad, creemos que lo hacemos, ¿pero es realmente cierto?
Detengámonos a pensar por un minuto. Somos estudiantes, nos estamos preparando. En el día a día, escuchamos música, vemos alguna serie, estudiamos (ahora online) y realizamos nuestros deberes (académicos y en nuestro hogar). Pregunto, ¿en qué momento aportaste algo a tu entorno? ¿En qué punto del día hiciste la diferencia comparado con los cientos de miles de estudiantes del país?
Modifiquemos esta premisa, ahora eres un trabajador. Dependiendo si te dedicas a oficio o profesión, podrías argumentar que estás ayudando a la sociedad a suplir esta o aquella necesidad. Una vez más, detengámonos a pensar, ¿realmente la estás supliendo? ¿O será acaso que solo te ocupas para poder obtener una fuente de ingresos? ¿Haces tu trabajo de manera creativa o innovadora? ¿Qué te hace diferente de los demás en tu área? En tal caso, cuando desempeñamos un oficio o pertenecemos a un gremio, ¿no estamos reproduciendo lo que hemos estudiando, las teorías, las prácticas, los conocimientos estudiados?
Aquí es donde entra la inquietud. ¿Cómo podrías ser verdaderamente activo en tu sociedad? Las respuestas podrían ser diversas, pero te dejo aquí por dónde podríamos empezar.
1. Identifica el área de tu interés. No se puede ser activo, no se puede producir si no sabes qué te apasiona. Debes encontrar ese interés en el que puedes trabajar por horas sin estresarte o aburrirte.
2. Tienes que hacer un poco más que los demás. Digo un poco, porque tampoco necesitas no dormir, por lo contrario, dormir nos haces más eficientes. Me refiero a que te dediques un poco más que tus amigos o compañeros a eso que te apasiona, esto fortalecerá tus competencias y te permitirá modificar la tarea, logrando aportar, logrando ser activo.
3. Investiga, lee sobre el tema. Pocas actividades son tan productivas como documentarnos. Si lees al respecto de lo que te interesa, seguro avanzarás exponencialmente en la ejecución. Estemos de acuerdo en que no hay atajos, pero si tuviéramos que mencionar uno, seguro sería leer, lograr un bagaje respetable del tema.
4. Metas, objetivos. Si tienes metas, si sabes lo que quieres lograr, ya avanzaste considerablemente. En la mayoría de las ocasiones no empezamos porque no sabemos lo que queremos, lo cual se convierte en desinterés o decidía. Si sabes lo que quieres, teniéndolo a diario presente, sentirás la motivación de trabajar en ello. Si los tienes por escrito y a la mano, mucho mejor.
5. Elabora un plan o proyecto. ¿Ya sabes lo quieres? Ahora pasamos al ¿cómo? En esta parte tienes que organizar los pasos y medios. No te resultará tan difícil, puesto que ya escribiste el resultado que deseas obtener. La parte más compleja, posiblemente, es empezar. Si sigues los pasos que te has planteado, no tendrás ningún problema en poner manos a la obra.
6. Finalmente, no te desanimes. Si los resultados se consiguieran a la primera, no habría tanto hate en las redes por cada tema polémico.
Te animo a que dejes por un momento las redes sociales, las series, los videojuegos, (todas estas son actividades pasivas) y emprendas en la actividad de tu elección. Modifica cómo se han hecho las cosas hasta ahora, propón nuevas soluciones, difunde el tema de tu interés, construye una nueva herramienta, dales un nuevo uso a las redes, inicia una campaña de prevención, etc. Las posibilidades son infinitas para incursionar y ser pionero.
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