Uno de los puestos más completos que hay en la hotelería es el de Recepcionista, por ello, exige personas profesionales y capaces de brindar un buen servicio. Aquí te compartimos algunas claves.
La recepción es la tarjeta de presentación de los establecimientos hoteleros, pues se trata de la primera y última área con que el cliente tiene contacto. Se encarga también de controlar y coordinar los servicios que se prestarán al huésped en su estancia, ser el centro de información sobre actividades hoteleras y extra-hoteleras, así como el lugar donde se acudirá para sugerencias y resolución de quejas, funcionando las 24 horas del día.
La ubicación de la recepción es crucial. Debe estar en el lobby, un área común donde la gente va a esperar a que le asignen habitación, debe tener acceso visual a todas las áreas y ser visible cuando el huésped entra al hotel y en cualquier momento que quiera acudir a ella. Por estos motivos se le conoce como “la cara” y “el corazón” del hotel.
Su importancia es tal, que el huésped decidirá si vuelve o no al establecimiento dependiendo de la atención brindada en este departamento, es por ello que exige personas capaces. Si persigues ocupar este puesto en algún hotel o complejo vacacional y tener un crecimiento asegurado, te compartimos algunas claves que te ayudarán a convertirte en un Recepcionista Hotelero Profesional, basadas en Alex Marinucci, Ex Gerente General de Hoteles 4 y 5 Estrellas como son El Hotel Horacio Quiroga, Best Western Los Naranjos (UY), capacitador y maestro Online.
Tiene que gustarnos el trato con la gente. Disfrutar del contacto con el otro, ayudar y asegurarnos que los huéspedes vivan una experiencia única e inolvidable.
Tener paciencia y flexibilidad. Tenemos que ser capaces de adaptarnos, ser empáticos y responder amable y correctamente en todo momento, porque tendremos huéspedes de todo tipo.
Ser positivos. Prestar atención a las sugerencias y reclamos, buscar siempre la satisfacción del huésped y la resolución de sus problemas.
Vocación de servicio. Tener ganas de ayudar a que los huéspedes disfruten de la experiencia.
Actitud. Tener una disposición a ayudar. Mostrar una sonrisa a pesar de los problemas que puedan suceder fuera del establecimiento. Esto se devuelve, porque cuando el cliente agradece el buen trato, mejora nuestro ánimo.
Estar satisfechos con nuestra labor. La satisfacción laboral repercutirá en la satisfacción de todo el hotel, del huésped y aumentará la motivación del mismo para volver a elegirnos.
Formación. Tener disposición y curiosidad por aprender, además de destreza para aplicar los conocimientos en la práctica.
Con estos consejos, estamos seguros que lograrás ocupar y resaltar en el puesto de tus sueños.
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