Elías Othoniel Arriola Catalán
¡Que tal mis queridos lectores!, es un gusto escribirles nuevamente en este día tan especial para muchos. Estamos en época de sembrina, todo a nuestro alrededor nos trae recuerdos y nostalgia, entre esos recuerdos esta presente la figura de un personaje mítico, que está presente en la mayoría de las culturas del mundo, y su nombre es; Santa Claus.
Pero, la pregunta es; ¿existió realmente santa Claus o es sólo un personaje ficticio?, esa es la pregunta que trataremos de resolver el día de hoy, ya que en estos días es cuando especialmente se conmemora a este mítico personaje.
Todos hemos formulado o escuchado esta pregunta en alguna ocasión. Nos hemos preguntado si el gordito bonachón de las barbas blancas y las ropas rojas ribeteadas de armiño que visita las casas por Navidad existe realmente, o si se trata de una fábula que ha ido creciendo con el incansable e ilusionado esfuerzo de generaciones y generaciones de mujeres, hombres y niños occidentales.
La ilusión o la creencia en la existencia de Santa Claus es el reflejo de los mejores instintos que poseen los humanos, y la Navidad es el momento en que esos instintos afloran en muchos casos empujados por la ilusión y en otros, por qué habría que ocultarlo, por el márquetin.
Fácilmente podemos deducir que, efectivamente Santa Claus no existe, y que es solo un invento que las marcas capitalistas como Coca Cola usan para generar ingresos en estas fechas, pero, ¿Qué tal que te dijera que Santa Claus si existió? Aunque claro, sin las características que ha obtenido a lo largo de los siglos, como que vive en el polo norte, trabaja con pequeños duendecillos, y que viaja en un trineo tirado por renos mágicos.
Su historia es la siguiente: Hacia el siglo II un sacerdote cristiano llamado Nicolás abandonó Italia, para difundir en Asia la palabra de Dios. Siendo misionero, fue trasladado a Myra, para ser nombrado obispo. Murió un 6 de diciembre, fue proclamado santo e inspiró la figura de Papá Noel. La figura de Santa Claus, con la estética que ahora conocemos, es una invención estadounidense del siglo XX, si bien se basó en la vida y la leyenda de San Nicolás. Actualmente, se designa al mismo personaje en los distintos países, como Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás, aunque en ciertos lugares el día de San Nicolás se celebra el 6 de diciembre.
El nombre Santa Claus es una contracción de Sanctus Nicolaus, y se refiere específicamente a San Nicolás de Bari, quien fuera Obispo de Mira en el S. IV, personaje de una enorme bondad y protector sobre todo de los niños. Se creó sobre él una bonita leyenda que decía que por las noches repartía regalos entre los necesitados y los niños.
Santa Claus llegó al continente americano traído por los colonos holandeses. Pero fue la literatura la que se encargó de hacerlo bastante popular en el siglo XIX; primero, un relato de Washington Irving lo dio a conocer y, luego, un poema de Clarke Moore lo describió como un simpático duende, ataviado con pantalón y chaqueta de color rojo vivo, con ribetes de peluche blanco, y grandes botas negras.
Entre 1860 y 1880, el ilustrador Thomas Nast reforzó aún más la leyenda del personaje, que aparecía fabricando regalos en su taller del Polo Norte y tenía una lista de niños buenos y malos de todo el mundo.
Pero el Santa Claus que todos conocemos hoy, proviene de una campaña publicitaria lanzada por The Coca-Cola Company en 1931. Esta vez, el encargado de darle un nuevo aspecto al personaje legendario fue el dibujante Habdon Sundblom y desde entonces fue adoptado casi universalmente. Todos recordamos al viejito simpático de larga barba blanca, capucha roja y chaqueta roja con adornos de piel en blanco, hoy conocido como símbolo del tiempo de Navidad.
Es en estos días, como sucede cada año desde tiempo inmemorial, miles y miles de niños preguntarán a sus padres sobre la verdadera identidad de Santa Claus. Muchos padres afrontarán la respuesta optando por la cruda realidad, en un intento de ser sinceros, cuando la verdad es que podrían optar por una respuesta igualmente sincera, pero cargada de intención.
Entonces podríamos decir que, ¡Sí, Santa Claus sí existió!, fue un personaje que reflejo el amor y la bondad hacia los demás, que daba sin recibir nada a cambio. Tal vez el Santa Claus que nos pintan ahora no exista, pero la esencia que lo caracteriza sí, como lo dijo un editorialista de la revista “Sun” en 1897 cuando una niña pregunto si el personaje mítico de la navidad existía, y esta fue su respuesta; "Sí Virginia, Santa Claus existe. Es tan cierto como que existen el amor, la generosidad y la lealtad; y ya sabes que abundan y le proporcionan a tu vida la mayor belleza y alegría. ¡Ay! ¡Qué triste sería el mundo si no existiera Santa Claus! Sería tan deprimente como si no hubiera Virginias. Porque entonces no conoceríamos la fe de los niños, ni la poesía, ni la fantasía que hace tolerable esta existencia. No podríamos disfrutar, excepto de lo que pudiéramos sentir y ver. Se apagaría la luz eterna con la que la infancia ilumina el mundo."
- Francis Pharcellus Church
Comments