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Liliana Cecilia Peraza Arias

Mensajes Codificados, un hobby alternativo para las almas curiosas



Querido lector, septiembre finaliza dejando atrás celebraciones muy importantes para nuestro país y nuestra identidad, poco a poco nos vamos abriendo camino para retomar nuestra antigua vida. Si tu personalidad es similar a la mía y no puedes quedarte sin hacer algo más de dos minutos, seguramente te encontraste mirando al vacío (o las muy interesantes publicaciones de mis compañeros columnistas en el Instagram de la columna) mientras intentabas encontrar un pasatiempo que llamase tu atención. No te preocupes, en este artículo exploraremos un hobby poco convencional muy de la mano con el tema de detectives que manejé en columnas pasadas; después de todo, ¿Hay algo más divertido que enviar y descifrar mensajes secretos?

Sin duda la criptología y la criptografía es una ciencia que requiere muchos años de dedicación y estudio si queremos dedicarnos a ella profesionalmente. Pero si eres observador con los patrones y te gustan los acertijos, no te separes de la página que lo que está por venir es justo para ti.

Claves, hasta la fecha las seguimos utilizando en muchos ámbitos para encriptar y codificar mensajes casi imposibles de leer para aquellos ojos no autorizados; desde los mensajes del celular hasta las claves bancarias y remontándonos a la Roma Antígua, donde el César comenzó a esconder los mensajes con un procedimiento muy particular: enrollaba tiras de cuero con el mensaje grabado sobre un cilindro.


Quizás a primera vista aquello parezca carecer de sentido, pero si el destinatario no conocía el diámetro del tubo o que cada letra del mensaje recorría tres lugares a la derecha en el abecedario (En lugar de A escribiría D), le resultaría imposible leerlo.

Los Scouts utilizamos muchas claves regularmente, probablemente las dos más conocidas para el mundo sea la clave Morse y la Semáforo, la segunda la utilizan algunos barcos mediante banderas divididas diagonalmente en rojo y blanco, aunque no la usamos tanto como la Morse, siempre verás a un scout con su silbato durante actividades.

Lo curioso del tema de esta columna es que me nació escribirla después de ver la nueva She-Ra, ya que emplean un peculiar tipo de escritura antigua que casi ninguno de ellos puede leer. Lógicamente aprendí a escribirlo en ese momento para mostrárselo a mi hermana y poder mandarnos mensajes secretos, y saber qué decían todos esos glifos durante la serie.

Quizás el método más utilizado para cifrar en papel sea el Francmasón, pero aprender runas como el Futhark, Jeroglíficos, Klingon o cualquiera que te llame la atención también es válido.

Ya sea que quieras codificar tu diario personal para que solo aquellos con la clave puedan leerlo o intercambiar mensajes con amigos; inclusive podrías descubrir el significado oculto detrás de textos o piezas de arte.



Aunque la Criptografía ha avanzado muchísimo estas últimas décadas, aún existen mensajes que seguirán siendo un misterio para la humanidad, mensajes que ni los mejores criptólogos han logrado desmenuzar. Me gustaría compartir contigo los tres que a mi parecer son de la lista de grandes enigmas de la criptología.

Una de las piezas más complejas es sin duda el manuscrito Voynich, lleno de conocimiento en botánica y farmacéutica por los dibujos, pero cuya complejidad ha llevado a mil proposiciones infructuosas de resolverlo.

Cuando se encontraron los restos de la “Paloma del día D”, una paloma mensajera de las fuerzas aéreas, encontraron un enigma de 25 grupos de cinco letras con un mensaje indescifrable.

Los cifrados Blitz son tres páginas de símbolos que cuando los vi por primera vez, no pude evitar pensar en la alquimia. El origen de los documentos sigue siendo desconocido.

No cabe duda que el mundo está lleno de misterios, la codificación manual ha sido sustituida lentamente por sistemas digitales que no requieren que los involucrados se reúnan previamente a planear la clave, pero adoptar el cifrado de la vieja escuela como un hobby es bastante divertido además de que nos mantiene mentalmente activos y observadores.

Gracias por acompañarme una vez más a esta aventura en busca de nuevas cosas por descubrir. Si decides unirte, no dudes en escribirnos en nuestras redes, ya sea en Facebook como Milenarios21 o Instagram como @art.milenarios, o etiquetarnos en una foto, me encanta leer tus comentarios. Que tu día esté lleno de magia y cierro con este mensaje en Morse: “ .-/-/.-././…-/./-/.//.-//.-/.--./.-././-./-.././.-.//  “

¡Hasta la próxima!

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