Cuando miras el cielo nocturno y contemplas las estrellas, ¿qué es lo primero que viene a tu mente o dicen tus labios? Seguramente algo similar a “Que linda se ve la noche”; la verdad es que el universo es simplemente fascinante y misterioso. Querido lector, es un gusto para mí compartirte nuevamente un pedacito de magia, en esta ocasión con un tema astronómico que va de la mano con grandes acontecimientos espaciales de esta semana —Como el sobrevuelo del Ingenuity en marte o la lluvia de las Lírides el pasado jueves 22— ponte tu casco de astronauta y acompáñame en este artículo sobre galaxias irregulares.
La NASA define a estas aglomeraciones como el conjunto de estrellas, planetas, sistemas solares y demás; nuestro sistema solar se encuentra en la galaxia Vía Láctea, al igual que las estrellas que contemplamos a simple vista, todas abrazadas por la gravedad que nos mantiene juntos, y aunque éstas pueden tener varias formas, tamaños y colores, las podemos clasificar en categorías. La nuestra tiene forma de espiral, pero muchas son ovaladas. A las que no entran en la clasificación de la Secuencia de Hubble, se les llaman “Irregulares” porque carecen de núcleo o estructura.
¿Por qué son diferentes? Algunas explotaron ante la colisión del núcleo, otras pueden haber sido distorsionadas por la gravedad de sus vecinas; pero lo que es indudable es que son preciosas.
Es muy común, sobre todo entre la gente mayor, escuchar la frase de “La naturaleza es sabia, perfecta y nunca se equivoca”. Como científica rechazo esta aseveración ya que, si la naturaleza y el universo fuesen perfectos, no estaríamos aquí hablando sobre objetos celestes; la vida y los planetas nunca hubiesen existido.
Es gracias a estos errores en la creación, a las fallas en sus procesos, que la ciencia, la humanidad y el universo han llegado hasta este punto. Con los accidentes experimentales de laboratorio se inventaron cosas como el velcro, el microondas o se descubrieron la insulina, los rayos X o la penicilina; no era el objetivo y se fracasó, pero de eso salieron cosas importantes.
Volviendo a nuestras galaxias, se consideraban defectuosas por no cumplir con los estándares de las clasificaciones y quizás sea así. Pero hay belleza en imperfección. El concepto de Wabi-Sabi describe muy bien este fenómeno en el que buscar realizar algo estéticamente y conceptualmente perfecto se convierte inmediatamente en algo “poco natural” que deja de serlo.
Quizás es esa rareza y originalidad lo que hacen tan atractivas a las galaxias irregulares como la Nubes de Magallanes y La Galaxia enana de Sagitario o las Sextantes; al contemplarlas te invade una sensación de asombro, fascinación, humildad, curiosidad y puede que, hasta inspiración, ¿Qué secretos ocultarán dentro? Solo podemos imaginarlo, por ahora.
La verdadera belleza del universo es que nunca es perfecto. Es salvaje, errático, con defectos y sin filtro; aspiramos a la excelencia, pero el caos es quien deslumbra. La imperfección es quien hace a la Ciencia posible.
Querido lector, espero que después de este viaje intergaláctico se quede contigo algo adicional a la curiosidad sobre las hermosas galaxias irregulares y que encuentres en lo imperfecto una pizca de hermosura.
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¡Hasta la siguiente y que tu vida esté siempre llena de magia!
Me encanta este tema. Gracias por adentrarnos más en él.