Cuando el sol se oculta, el manto cerúleo se pinta de terciopelo y se adorna con diamantes. Es en ese momento que nos damos cuenta de que estamos conectados con un universo tan grande que no nos cabe en la cabeza.
Querido lector, estoy tan feliz de poder compartir contigo este espacio de letras nuevamente. Este mes te tengo pronosticado eventos a lo grande que son dignos de apuntar en tu agenda y no perderse.
Probablemente una de las constelaciones más conocidas y famosas es la Osa mayor o Ursis Mayor, visible en el cielo nocturno. Hay una particularidad sobre esta constelación en la penúltima estrella brillante del asa de la osa; en realidad se trata de un complejo binario -es decir, de dos estrellas cercanas- llamadas Mizar y Alcor. Lo curioso y especial de este binomio es que es observable sin la necesidad de un telescopio, a diferencia de los otros conocidos. Y eso que se encuentran entre 80 y 90 años luz de distancia de nosotros. Pero si creías que eso era sorprendente, sostente de tu asiento. Mizar y Alcor en realidad son sistemas de seis estrellas juntas, algo que es rarísimo; pese a que es usual encontrar estrellas gravitando juntas, es difícil que coincidan. Si tienes oportunidad, mira el cielo y busca la Osa Mayor, intentando diferenciar ambos sistemas.
Otro suceso observable a partir del 4 de Abril es la Gran Conjunción, donde las magnas celebridades Venus, Júpiter y Marte se podrán observar juntas y relativamente alineadas con la luna en el sureste del cielo nocturno, sobre todo alrededor de 45 minutos antes del amanecer. A medida que se acerque la última semana del mes, se verá Júpiter mucho más claro en el horizonte.
Hablando de Dioses Olímpicos, La NASA ya ha concluído con satisfacción la primera prueba más extensa de “Hot Fire” para el cohete Artemis I y la nave espacial Orión, algo que brinda esperanza para que los astronautas viajen muy pronto a la luna con los menores riesgos de seguridad posibles; un verdadero paso desde el retiro del transbordador Space Shuttle.
La siguiente generación de navegantes de las estrellas -tanto los que apuntan a Marte como a la Luna- vienen con todo. Un claro ejemplo son las jóvenes ganadoras del Lunabotics Junior: Shriya Sawant (15 años) y Lucía Grisanti (9 años) a quienes la NASA retó para diseñar modelos de un rover capaz de minar sustrato lunar (regolito) y transportarlo hasta la base del Artemis, tomando en cuenta las condiciones gravitacionales, atmosféricas y ambientales de la luna. Compuesto que será crucial para la investigación, fabricación de concreto para realizar una base lunar y extracción de minerales y agua. Modelos que fueron seleccionados de entre más de 2,300 diseños. Mike Kincaid, administrador de la oficina de STEM para esta agencia, afirmó con entusiasmo durante la entrevista del evento: “Ver los diseños que los estudiantes inscribieron para el Lunabotics Junior, es imposible no sentirse emocionado por el futuro de la Generación Artemis”
Lo cierto es, querido lector, que evidencias nos sobran de que sí se puede soñar en grande y alcanzar las estrellas si nos lo proponemos, hace unas décadas viajar a la luna se creía un disparate y hoy ya tenemos a Perseverance en Marte. Me llena de asombro y expectativa el contemplar cada vez como niñas y niños son motivados hacia la ciencia y la creatividad, porque el día de mañana serán adultos que harán posible ilusiones que empezaron como fantasías dibujadas en crayolas.
Te deseo el mejor día, no olvides visitar nuestra página para más contenido interesante, ¡Que tu vida esté siempre llena de magia! Hasta la próxima.
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