Con las vacaciones de Semana Santa en puerta, la primera idea de muchos es migrar a la playa; debemos recordar que la pandemia aún no acaba y aunque la lucha por controlar el contagio está comenzando a emparejarse, nos corresponde contribuir quedándonos en lugares poco concurridos y evitando exponernos.
Pero si aún la idea del mar, sol y las palmeras no logra escapar de tus pensamientos, permíteme transportarte con esta columna a una maravillosa playa “al otro lado del charco.” Exactamente a la preciosa Prefectura de Okinawa, en Japón.
Okinawa es conocida por sus fascinantes zonas turísticas, el acuario y el museo de la paz; no obstante una de las bellezas exóticas de la naturaleza se encuentra en sus playas. Todos conocemos algún tipo de arena mineral; desde la blanca arena caribeña de Cancún, hasta la oscura arena volcánica de Hawaii y algunas zonas de Europa como España.
Pero la arena de la playa Hoshizuna no hama tiene forma de estrella de mar, ¿Increíble no? En realidad no se trata ni de arena, ni de estrellas reales sino exoesqueletos de un microorganismo unicelular llamado Baculogypsinasphaerulata, un tipo de foraminífero. En esencia son un tipo de alga con concha que se fosiliza con facilidad y que muchas veces es llamado “arena viviente”.
Estas pequeñas criaturas no solo son atractivas al ojo curioso, también son de gran importancia en la Biología, ya que se utilizan como marcadores naturales que nos van a dar una idea de las condiciones de la zona, desde la oxigenación hasta la salinidad; ayudan a mapear zonas específicas y a localizar hidrocarburos, por lo que tienen alta relevancia en la economía.
Ésta en particular es una especie abuelita, ya que los fósiles que podemos encontrar son tanto actuales como pasados, llegando hasta la era precámbrica.
En la publicación de Julio del 2014 para el Journal of Sea Research, la Universidad de Tokio y la Agencia para la Tecnología Marina y Terrestre de Japón expusieron como cultivar esta especie de “arena viviente” en masa ayudaba a la protección de las costas controlando el nivel marítimo. Una adición a la lista de superhéroes de la naturaleza.
Sin duda esta fascinante atracción es digna de ir a visitar una vez que la pandemia esté controlada y podamos retomar viajes y visitas a lugares públicos o concurridos. Por ahora, mantengámonos todos a salvo para que en las próximas vacaciones podamos estar todos juntos.
Querido lector, es siempre un placer compartir estos textos contigo y descubrir criaturas, lugares y datos sorprendentes. Gracias por acompañarnos.
Si te gustó este contenido, te invito a revisar nuestros otros artículos en las redes aquí mencionadas y en la página oficial de Milenarios 21; no olvidando mencionar que me encanta leer tus comentarios, sugerencias, memorias divertidas y datos curiosos.
Hasta la siguiente aventura, ¡Que tu vida esté siempre llena de magia!
Comments