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Areli Sandoval

A LAS 2, SERÁN LAS 3, Y DA IGUAL




El cambio de hora en confinamiento; con menos impacto fisiológico y más ganas de salir.

Seguramente, el cambio de hora de primavera es lo último que nos quita el sueño en estos momentos. Por vez primera en la historia, este cambio de hora se nos va a colar por la puerta de atrás, sin hacer apenas ruido, con millones de estudiantes y trabajadores en cuarentena, confinados en un espacio limitado durante un tiempo aún por determinar.

La buena noticia es que, gracias a la cuarentena, este año el cambio horario nos afectará menos que en otras ocasiones, es decir; ya no tenemos justificación para no comer antes de las tres de la tarde. Tampoco para no dormir entre las 19:00 y 21:00 horas cada noche. Ni siquiera nos sirve la excusa que la película acabó muy tarde, ya que cada día es más frecuente utilizar nuevas plataformas donde podemos elegir el horario a la carta.

Después de permanecer en casa en este lapso de tiempo, nos empiezan a pasar factura la ansiedad por el miedo al contagio y a la pérdida del trabajo, entre otras enfermedades causadas por el estrés y la preocupación, también la privación de contactos sociales, la falta de actividad física y la relajación de ciertas obligaciones laborales y sociales, que actuaban como sincronizadores y ayudaban a poner nuestro reloj biológico en hora cada día.

Por otro lado, es fácil que ese “reloj interno” se desorganice durante el confinamiento y acabemos dejándonos llevar por el caos en nuestros horarios. Para evitarlo, nada mejor que conocer y potenciar todos los sincronizadores (las señales) que ponen en hora nuestras “manecillas internas” en la vida cotidiana.

El horario de verano en el país, el cual tiene como finalidad aprovechar la luz natural del día para reducir el uso de energía eléctrica, por lo que se debe adelantar el reloj una hora. El horario de verano 2021 tendrá una duración de seis meses.

De acuerdo con el Centro Nacional de Metrología (CENAM), el horario de verano en 2021 comienza la primera semana de abril (domingo 4) a las 02:00 horas, y concluye el último domingo de octubre (domingo 31) a las 02:00 horas; por lo que se recomienda adelantar una hora el reloj desde el sábado 3 de abril, antes de irse a dormir.

El cambio de horario solo lo harán 33 municipios de la franja fronteriza norte del país; en tanto, los estados como Quintana Roo y Sonora no aplicarán esta modificación, debido a la situación económica y turística. En el caso de los estados que hacen frontera con Estados Unidos (Baja California, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua), ellos se coordinan con el país vecino y su cambio de horario fue el 14 de marzo.

Así fue como varios países alrededor del mundo comenzaron a seguir los pasos de las potencias y finalmente se quedó como una medida permanente. En México, el horario de verano se adoptó durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1996 con el objetivo de ir a la par con el horario de Estados Unidos y no afectar el comercio o el turismo. Por lo que tenía que cambiarse dos veces al año.

Ojalá pronto volvamos a saludarnos, darnos un abrazo o un beso, y podamos empezar a vivir de una mejor manera, ayudar al medio ambiente y a nuestra sociedad. Mientras tanto, mi solidaridad, agradecimiento y admiración para todos los trabajadores que nos permiten vivir en cuarentena. El resto, quedémonos en casa nutriendo a nuestro reloj de rutinas hogareñas. Es el mejor amparo que podemos brindar. Y el año que viene, seguro que volvemos a renegar por el “fastidio” de tener que adaptarnos al cambio de horario primaveral.


Articulo fundamentado en:

https://www.cenam.mx/hora_oficial/

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